La humanidad no puede vivir sin guerra, no hay un solo dia en la historia, sin ella, pues el conflicto es tan humano, como la ambición, la envidia y los pecados capitales, nos gusta lo que tiene otro, ya sea petróleo, oro, bienestar o incluso conocimiento-si es gratis- quizás la lucha de la evolución no sea tanto para vencer ó aprender, sino para conquistar y vivir de ello.
Hoy me importa centrarme en otro tipo de guerra empresarial, que es la guerra por el talento, en la medida en que se va disipando la crisis del 2008 y cuando se han ido colocando muchos profesionales, hijos de los primeros masters del siglo XXI y después de adquirir cierta experiencia en algún sector, estos jóvenes más o menos emprendedores, empiezan a mirar por encima del horizonte oteando nuevas posibilidades, que les permitan rentabilizar lo que creen saber y lo que saben de verdad.
Esta “guerra por el talento” es transversal a todos los sectores y a pesar de que muchas empresas, aún no han descubierto el estilo de liderazgo que debe llevarles a desarrollar su proyecto a medio plazo, tampoco les preocupa demasiado, porqué ya nadie piensa más allá del mes próximo, incluso los expertos en tendencias, afirman que el factor moda es transgresor y plural , baste cierta originalidad(aunque sea copiada) una buena difusión social y un segmento bien definido, para que la gente lo siga y..¿después? quien sabe, tampoco importa si era un proyecto perdurable, porqué hoy la ocupación funciona mientras dura el valor añadido que aportas , o sea trabajaremos enlazando proyectos.
Lo que nos consuela , es que normalmente el talento va , donde se siente bien tratado y por ello muchas empresas se esfuerzan cada vez más en gustar más a su gente, priorizando la flexibilidad laboral, la comodidad , los incentivos de cierto bienestar, incluso las sonrisas que deben “comprar”voluntades y algunas, hasta ofrecen formación, lástima que no siempre se aproveche.
Es cierto que tenemos un grave problema de liderazgo , sobretodo en los intermedios, sin referentes profesionales, ojalá en hostelería tuviéramos muchos Adriá, o Roca ó Arzak´s, para que los jóvenes pudieran mirarlos, pues sólo el esfuerzo no les vale y casi nadie está contento con nada y seguimos remando en sentido contrario, creyéndonos lo que nos cuenta la tele, ignorando lo que nos cuentan la gente que lleva 30 años trabajando, dejando de buscar en nuestra intuición y nos dejamos manejar por el marketing , esperando que llegue el pelotazo y no tengamos que trabajar más, nada de eso vale, necesitaríamos gente que nos regale píldoras para soñar y nos devuelva la ilusión para que nuestra vida sea un proyecto que realmente nos llene y nos haga felices, pues sólo así los que están a nuestro lado, seguro que lo disfrutarán.