…Volverán las oscuras golondrinas, así empezaba uno de los más entrañables versos de Bécquer, escrito hace demasiados años y en tiempos en que aún se añoraban cosas. Actualmente parece que se cuenten los días hasta el próximo fin de semana, quizás para olvidarnos un poco de una forma de entender la economía tan compleja, veloz e imprevisible en la que nos falta tiempo para entenderla.
Nos han cambiado las emigraciones de aves por una trashumancia de mano de obra que nos llega del sur próximo o continental para llenar estos huecos imposibles de puestos de trabajo que casi nadie desea, pero que contribuyen a mantener nuestra economía.
Y mientras tanto, muchos gigantes industriales de los que ocupan a mucha buena gente, huyen hacia el este porque la deslocalización es la nueva forma de “colonizar” en este siglo XXI.
Parece que lo justifican las cuentas de explotación, especialmente aquellas que cuentan las horas de trabajo como unidad de coste, pero estas mentes borrachas de números que viven amarradas a las cuentas de explotación, quizás no han advertido que al marcharse o al prejubilar más de la cuenta también están fomentando la “deslocalización del conocimiento”.
Según la multinacional IBM, sólo en la ciudad India de Bangalore están graduándose tantos ingenieros de informática como en todos los Estados Unidos. Por tanto, es bueno saber que para muchos países anfitriones puede ser positiva la recepción de nuevas factorías y que quizás el señuelo de sueldos baratos sea sólo el principio que finalmente, desencadene un proceso de calidad de vida para mucha gente.
Es evidente que en una economía de mercado cada vez más liberal, poco podemos hacer para defendernos de las decisiones tomadas a ultramar por accionistas que sólo quieren escuchar palabras gratas como plusvalía, dividendo y renta.
Pero desde aquí, me atrevería a realizar algunas propuestas concretas que nos permitan aliviar un tanto la situación.
Si eres un empresario pequeño, un profesional o una pyme, debes fidelizar bien la clientela, estar al tanto de lo que ocurre a tu alrededor, innovar y tomar una posición que garantice la salida de tus productos o servicios, simplemente porque crees que son algo mejores que los de tu vecino.
Contrata a la gente por su actitud y págales por resultados. Flexibiliza recursos y dirige tu fuerza comercial, además de tu clientela local o nacional, hacia mercados nuevos, emergentes, nichos y naturales. No dejes que nuestros vecinos del sur de Europa nos vuelvan a “robar la cartera” en Sudamérica, África y Medio Oriente.
Aunque para ello deberás reforzar más la cooperación interempresarial entre las pymes y ofrecer a los buenos trabajadores proyectos empresariales a largo plazo que contengan una mayor seguridad laboral para el trabajador implicado como en Japón.
Si acabas de aterrizar en el mundo del trabajo o esperas simplemente mejorar, no dejes de aprender y formarte.
Si consigues descubrir aquello que sabes hacer mejor que los demás, podrás dejar que otros se vayan, pero tú siempre decidirás tu futuro.