Copiar para mejorar, Por Miquel Bonet, Abogado, consejero de Select y autor de !Búscate la vida!
Hace apenas 25 años en una compañía americana del sector de copiadoras se reinventó el concepto de benchmarking, no se asuste, el concepto es sencillo y consiste en compararse con otros para mejorar, parece simple ¿verdad?.
En realidad, esto lo hacemos casi todos los días. Tratamos de copiar de los que saben más para hacerlo como ellos, si nos dejan claro. Ésta es también una de las didácticas del aprendizaje, buscar un modelo e imitarlo, pero esto que funciona tan bien en el mundo empresarial es mucho más complicado de lo que parece al aplicarlo en el mundo de las personas.
Es muy natural que nos fijemos en los demás, pero acostumbra a ser para peor. El niño copia travesuras increíbles de su hermano mayor y los adultos hasta queremos parecernos a los americanos, aunque los critiquemos casi siempre. A veces, falla el modelo que es lo que ocurre con los “personajes “protagonistas de la telebasura y otras, el problema es que no estamos dispuestos a pagar el sacrificio para conseguir lo que queremos.
Entrando en terrenos más serios, con la economía está ocurriendo lo mismo. Mientras la Agencia mundial de la energía nos avisa que con el encarecimiento de los crudos sufriremos un retraso a nivel mundial de un 0, 8 %, nuestros jóvenes aspiran a jubilarse a los treinta años y trabajar menos horas para dedicar más tiempo al ocio.
Y es que en este tema, lo de los americanos ya no nos parece tan bien. No nos interesa escuchar que en el país que simboliza el motor de occidente se progresa normalmente por el trabajo personal. Nos tapamos los oídos cuando nos cuentan que más de la mitad del país trabaja 45 horas a la semana, especialmente si hay una familia para mantener y que la gente se mueve de estado en estado para buscar empleo.
No voy a hablar de la excelencias americanas porque ni las conozco lo suficiente ni me interesan demasiado, pero sin duda, existe un factor que impulsa a esta gente a conseguir logros representativos, a pesar de sus políticos y eso se llama : competitividad y naturalmente puede copiarse aunque a nadie le guste hacerlo.
La cultura del esfuerzo por conseguir las cosas es tan antigua como el mundo. Todos somos capaces de desarrollar modelos de supervivencia para mejorar nuestra posición, pero por desgracia y en igual proporción siempre existirá gente a la que le interese hacer cosas y otros mucho más pasivos que esperan que otros hagan por ellos.
La diferencia es evidente, si buscamos donde están unos y otros, por mi parte, quiero defender el modelo de benchmarking, especialmente cuando he podido testar que la observación, investigación y análisis de los procedimientos que emplean los que saben me sirve para hacerlo mejor, por eso prefiero a los alumnos que entienden que para aspirar a la excelencia copian el método de estudio del primero de la clase que los que elucubran un plan para copiar el examen.
Esta es una de las grandes diferencias entre los países, las empresas o las personas, para algunos el riesgo de inventar, innovar o mejorar es un camino que te lleva a dedicar tu tiempo de vida en tu propio beneficio y por tanto, tienes la facultad de decidir, mientras que, los que prefieren renunciar al esfuerzo de aprender para poder competir se limitan simplemente a ser una pequeña parte de las decisiones de otros. Por tanto, tu dirás en que lado quieres estar.