Hacer lo correcto

La búsqueda de la pasión laboral; nunca es tarde para cambiar de trabajo

Mi buena amiga Anna Balcells, fundadora de la ONG Kalipay en Filipinas y de la que me honro en ser embajador, es una persona que vive su proyecto para rescatar y acoger niños maltratados con auténtica pasión, dedicando a su Fundación jornadas de 20 horas. Recuerdo que en una de mis estancias en la isla de Negros- ubicación de Kalipay –le formulé la pregunta más obvia ¿por qué cambiaste tu trabajo cómodo como ejecutiva y te metiste en eso Anna? ella con su natural sencillez me respondió “por qué es lo correcto y me apasiona, Miquel” .

Seguro que todas las personas perseguimos algún que otro  sueño para dar cierto sentido a nuestra vida, puede que nos estimule el placer y los beneficios que obtendremos, aunque no siempre pensamos  en el precio y lo que deberemos sacrificar o el tiempo y el esfuerzo que emplearemos para conseguirlo, a veces, caemos en la tentación de que algún gurú de la autoayuda, nos diga lo buenos que somos y con algunas frases nos ayude  de forma mágica a descubrir la luz interior que debe iluminarnos  el camino del éxito, pero al final es tan fácil que  todo consiste en atreverse a tomar las decisiones idóneas.

Se trata de averiguar qué es lo correcto para cada uno, lo que lleve a ser felices también en el trabajo y por eso las personas que podemos hacerlo, deberíamos usar nuestra libertad  para elegir como lo hacemos con los amigos, con la pareja o con el entorno, según nuestra forma de ser y como queremos emplear nuestro tiempo, porque al final solo se trata de realizarnos como personas y comprometernos con un proyecto de vida individual que si es posible trascienda al grupo del que formamos parte recibiendo a cambio una compensación emocional y también económica y si tenemos algo de suerte y buena salud podemos disfrutar de la vida.

Uno de mis libros titulado “A vivir del cuento”, habla de cuatro historias que tienen un eje común ; si haces lo que más te gusta con pasión y dedicación, seguro que te saldrá bien y además te pagarán por ello, pero ten en cuenta que detrás de cualquier éxito personal siempre hay mucho sacrificio, persistencia y una gran pasión que lo alimenta y da fuerza  en cualquier ámbito, pensemos en deportistas como Messi, Cristiano, Nadal, artistas como Plácido, Montserrat Caballé, Alejandró Sanz, Adele,  los Stones, realizadores como Spielberg, Scorsese, empresarios como Jobs, Bezos o  altruistas como la Madre Teresa o Vicente Ferrer y también la emoción que nos produce, este equipo del barrio, en el que juegan tus hijos o nietos, mi grupo de moteros, el “cocinitas” del cuñado, todos ellos aman lo que hacen y tienen esta mirada de orgullo, de pasión y felicidad que siempre se contagia.

Es cierto que vivimos tiempos inciertos ya que somos rehenes de la revolución digital y todo eso ha generado la globalización y el mundo  es más pequeño,  cercano y vulnerable, además el abuso de smartphones y derivados  nos ha alejado unos de otros, es el precio del progreso, y su consecuencia es que la digitalización está provocando cambios importantes en el mundo laboral y no solo por el desarrollo del tele-trabajo propiciado  por la Covid, sino que afecta a las relaciones humanas y laborales, se han transformado los sistemas de producción lo que provoca hábitos de compra más sistematizados y que responden  más a los estímulos del marketing que a las necesidades funcionales del consumidor, hemos pasado del marketing masivo al marketing segmentado en base a análisis demográficos y psicográficos.

Y ¿qué reacciones se han generado? Pues que la gente que entra en el mercado de trabajo en general ya no tiene la expectativa de permanecer toda la vida en la misma empresa y busca seguridad de otra forma, unos opositando a la administración pública, otros tratando de mantener pasivamente el estatus en su puesto o los jóvenes con cierto talento emigrando; se buscan  trabajos para corto plazo, se ha  prorrogado la convivencia parental, mientras los más aplicados o simplemente los más prácticos, se están preparando y formando para asumir los nuevos retos del futuro, porqué saben que a mejor formación, mejor trabajo y cuando se genera confianza en uno mismo, se puede cambiar de trabajo libremente.

He introducido este articulo hablando de  pasión y del sentido del deber, porque son dos valores esenciales para abordar la complejidad socio-económica del futuro, es mi ventaja por haber vivido las dos revoluciones Industriales anteriores y haber caminado mucho pero siempre muy atento al entorno y sobre todo haber aprendido algo de los errores cometidos, para tener claro lo que no se debe hacer y analizar de forma integral los factores que influyen antes de tomar una decisión de cambio, por ello es imprescindible que un “viaje” al futuro yenga un plan de navegación.

Empecemos por lo básico, una mirada individual ante el espejo de nuestra verdad, reflejando el escaparate de lo que somos en realidad, reconocerse siempre es bueno para aceptarlo o cambiarlo en positivo, porque sin conocernos no tenemos nada para ofrecer y  después plantearnos estas cuestiones:

¿Me gusta lo que veo o quiero cambiar algo?

¿Dónde quiero estar dentro de 1/2/3 años?

¿Para qué sirvo realmente? (competencias y habilidades)

¿Por qué razón me van a pagar mi tiempo?

¿Qué quiero ofrecer?

¿hasta qué punto estoy dispuesto a sacrificarme?

¿por dónde empiezo?

Lo siguiente tiene que ver con posicionarse en el entorno del mercado de trabajo, conocer los sectores emergentes, profesiones más solicitadas, contrastando con las obsoletas, ya que la proliferación de la venta on-line, ha generado una gran demanda logística, el crecimiento de la industria del ocio, las carreras llamadas STEM, las profesiones ligadas a la interacción humana para competir en servicios necesarios y para vender aquellos que no lo son, las empresas buscan talento y actitud, y no es tan determinante lo que hayas estudiado, como los conocimientos que deseas adquirir, si quieres, puedes y si el mundo innova cada día, tú debes reinventarte, lo importante es que aportes algo, que tenga el valor suficiente para que  se pueda pagar por ello.

Para terminar, si no te gusta lo que haces ahora, debes cambiarlo ya, el mundo va muy deprisa y no puedes permitirte perder tiempo, es momento de oportunidad, de transformación y adaptación, no hay que hablar mucho de valores y de talento sino de practicarlos, nadie apuesta por la tristeza, la desidia o el conformismo, pues todos queremos gente positiva y feliz que sienta pasión por lo que hace. Claro que soy consciente de las limitaciones laborales para determinados colectivas, hombres y mujeres mayores de 50 años, trabajadores extranjeros, personas con otras capacidades, con poca formación, pero nunca deben limitar actitudes, aptitudes ni tampoco productividad, no debe ser una barrera sino una posibilidad,  a menudo la edad es una ventaja competitiva, significa más experiencia, mejor entrenamiento y más entendimiento, por ello no deberíamos temer a los cambios, ni tampoco a formarnos y adaptarnos para nuevos retos, pues lo mejor del aprendizaje es que aunque no siempre sea divertido, estimula y nos ayuda a encontrar la mejor versión de cada uno de nosotros y delante existe un mundo lleno de oportunidades .

Una gran lección de vida que nos ha dejado esta pandemia que  paralizó el mundo, es que todos sin distinción hemos compartido el mismo miedo, ya que hemos vivido situaciones familiares, personales y cercanas muy similares, nos hemos sentido más vulnerables que nunca y no nos ha salvado compartir mensajes o exhibirnos por las redes sociales, pero  también hemos aprendido que no se puede vivir siempre con miedo, con odio o con rencor, porqué nos intoxica, es mucho mejor inspirarse en la resiliencia y en la fuerza de aquellas personas capaces de inventarse una vida nueva y poner toda la pasión que haga falta para hacer lo correcto aunque sea  inventarse de nuevo para tener una vida mejor.