Representa una tentación demasiado grande, sentarse ante el ordenador para escribir el artículo del mes, pocos días después de las elecciones y además, obviar la personal opinión sobre éstas, puesto que aunque tratemos de evitarlo, la visión profesional incluso desde la óptica empresarial es y debe ser holística y todo lo que ocurre en el ámbito político y socio económico nos compite a todos.
Más allá de mis opiniones que interesan poco y teniendo en cuenta que ya tenemos a toda este coro de “ilustrísimos retóricos” muy sobrados de ego y esclavos de su subjetividad, que viven en la nómina mediática y de las redes sociales; como simple observador y ciudadano, aunque con alguna experiencia en la dirección de personas, me atrevo a decir sin ningún reparo ni vergüenza que se evidencian dos realidades: la primera es que el pueblo siempre tiene razón, aunque no se le respete y la segunda es que nuestros políticos-salvo pocas excepciones- ni tienen oficio, ni saben gobernar, ni conocen en absoluto cuales son las competencias básicas para tratar de liderar un proyecto, ya que-a la vista está-a menudo prefieren estrategias para mantener el poder, no dudando en hacer ruido, provocar conflictos y fomentar fronteras, ignorando incluso la globalización y eso no es bueno para la inversión, ni favorece a muchos sectores industriales, afectando a muchos trabajadores bien preparados que tienen que buscarse la vida y emigrar.
Seguro que no es nada fácil gestionar una sociedad compleja, heterodoxa y diversa que configura un estado llamado España, compuesta por 17 comunidades y con problemas individualizados, con diferentes lenguas, necesidades e incluso formas de vida, que repercuten en políticas específicas en materias importantes como seguridad o tratamiento fiscal y muchas otras que obviaré . No obstante esta misma complejidad se da en el gobierno de cualquier empresa y no digamos si ésta es multinacional, por ello se hace imprescindible la suficiente profesionalidad y autoridad para conciliar una política que busque el bien común.
En lenguaje empresarial estas competencias se llaman, visión estratégica, creación de equipos, gestión de conflictos y liderazgo, porqué el líder, siempre sabe a qué juega, es capaz de inspirar valores, gestiona de forma eficiente, inspira confianza y credibilidad incluso con responsabilidad social y su misión se resume en: objetivos claros y propiciar la colaboración de unos con los otros con la cooperación y el diálogo, para ser más competitivos como empresa, para ello, no dudará jamás en invertir en formación y así tendrá trabajadores más creativos, más analíticos y mejor preparados para la digitalización, con ello se puede luchar contra la desigualdad social y hacerse fuerte como país y también como europeos.
Deseo por nuestro bien que no caigan en el error del discurso político que nadie escucha, en el desprestigio permanente y que este nuevo cambio de política entre los que gobiernan y la oposición, no sirva para crear atajos con decretos ley o reformas que nunca acaban y que no empiece-de nuevo- el baile y el consiguiente reemplazo de técnicos, como si la incompetencia se asociara a cada cambio de ciclo. Esperamos que esta vez, los políticos gobernantes piensen en las generaciones futuras, entiendan que la inversión en infraestructuras equivale a sembrar para el mañana y que si están ahí, es simplemente porque mucha gente de buena fe, les ha confiado sus vidas, por favor, sean simplemente dignos, profesionales y honestos, trátense con respeto, dialoguen y hablen mucho, miren lo que ocurre a nuestro alrededor y asuman la responsabilidad que les toca por el derecho que se les ha otorgado, todos los ciudadanos que hemos construido este país lo agradeceremos y yo también.