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SE NOS CAYÓ LA VENDA.

Confieso sin ningún rubor mi oportunismo eurovisivo y alargo mis brazos hasta nuestro joven representante con quien comparto nombre de pila y también raíces, pues  mi fallecido padre era de Terrassa;  más allá de la oportunidad del título ,reconozco que a menudo suspiramos porque en muchos casos se “cayera la venda de los ojos”

Sería bueno que se les cayera a una gran parte de esta gente que dirige el país desde muchos ámbitos, aunque a mí me interesa el de la empresa, por aquello, de la creación de riqueza económica, pues todo está relacionado entre sí y con los años aprendes o reaprendes lo que te han dicho toda la vida y no has escuchado y me refiero a lo prosaico …”las cosas pasan por algo” ó mejor, …”las consecuencias siempre responden a determinadas causas” , en refranero español “ de aquellos polvos  vienen estos lodos”, claro que todo esto poco importa cuando sólo se piensa a corto plazo.

Francamente debería ruborizarnos a todos, pero muy especialmente a los que viven de “eso” o sea los dueños del dinero, de las decisiones y de casi todo , que una niña como Gerta Thunberg  les saque los colores nada menos que en la ONU, con referencia al “falso” crecimiento económico verde a costa de cargarse el planeta y nos recuerde que se está sacrificando una civilización simplemente porque unos pocos ganen más dinero poniendo en entredicho esta excusa mágica tan desgastada, que se llama “amor a los hijos” a los que se roba su futuro, con una forma de actuar ligada sólo al enriquecimiento inmediato.

No es difícil imaginar, que a esta última generación, a los que llamamos milenials, les preocupen muy  poco muchas cosas más allá de intentar sobrevivir y disfrutar un poco  de la vida, porqué sus padres tampoco tienen respuestas naturalmente piensan poco en el futuro y a menudo no saben que camino tomar porqué tampoco ningún educador  les ayudó a descubrir sus competencias y sólo les queda soñar, intentar formarse y algo de fortuna, pero se dan cuenta que el sistema actual no parece ir a ninguna parte.

La gente de mi generación, nunca nos dejamos engañar por las promesas de la transición del 78, por tanto, interpretamos la globalización y la maravillosa tecnología como un medio para mejorar la vida de todos, ahora casi nada nos sorprende  y sabemos que no se puede esperar un cambio, cuando no cambia la gente que lo propone y en las promesas  siempre hay una de las partes que se lleva lo mejor, pues la venda de los ojos ya hace tiempo que se nos cayó al suelo desde el  dia  en que tomamos un crédito o una hipoteca, creyéndonos mejorar nuestra vida pero olvidamos que con las deudas ocurre lo mismo que con los votos y  acabas siendo rehén del prestamista que usa el poder que le has dado,  en contra de tus intereses y  descubrimos  que en los últimos 20  años, hay una brecha mayor entre los poderosos y la clase trabajadora y eso, genera venganza en nombre de ideas o religiones.

Y  como quiera que el mundo empresarial no es ajeno a la sociedad, nos damos cuenta que se está creando también otro vacío entre aquellos profesionales que son dueños de un conocimiento, digamos talento útil y que no están dispuestos a “regalarlo” y la enorme masa de empleados que aspira a poco más que cumplir una función a cambio de un salario, realizando a menudo tareas que no le gustan , con jefes que no lideran y en una corporación en la que no creen, a lo mejor porqué se les cayó la venda antes de ponérsela, pero de esto hablaremos otro dia.

El chantaje digital

Mientras en Europa nos angustiamos por el progreso de la ultraderecha y miles de inmigrantes siguen en tierra de nadie, los europeos nos dejamos “colonizar tecnológicamente, según el investigador bieloruso Morózov, tanto por China,  que nos vende además de las maquinitas electrónicas, toda la ropa que vestimos y mientras se convierte en una potencia en inteligencia artificial, como por el “amigo” americano, que inventó internet con la excusa de la NASA, pero los ingenuos europeos, ni siquiera contamos con plataformas de big data convirtiendo a  emprendedores, Pymes y profesionales que son el 90 % de la economía del estado , en clientes-rehenes de los dueños de la tecnología.

Los países deberían dejar de mirarse el ombligo de sus miserias y pensar con prospectiva, porqué el mundo es holístico y dependemos de otros,  está bien lo de los  estados, regiones, tribus o  familias, pero al final el individuo decide y hace falta tener la suficiente generosidad y solidaridad, para que al menos en Europa, exista un proyecto ganador, sólido y creíble, para competir con las grandes potencias, porque no queremos perder más batallas, en este combate digital, no debemos permitir que “inventen ellos”, no hay más talento en oriente, ni al otro lado del atlántico, ni tampoco son mejores para gestionar, negociar ó liderar,  ni son más guapos, ni  se visten o cocinan mejor y no es broma, aquí nació su base cultural con los griegos, romanos, el renacimiento, la revolución industrial ,el modernismo, el pensamiento moderno y la abstracción, el primer banco, los gremios, la universidad y los valores que ahora parecen perdidos.

Propongo afrontar el 2019, con optimismo, no compraremos nuevos coches sin asegurarnos  como vamos a pagar la gasolina, nos olvidaremos del plástico, comeremos  con más criterio, porqué desde un cuerpo sano, se piensa mejor y vamos a olvidarnos, unas horas al día de los Smartphone, para estar más con la gente que queremos y que se nos grave su mirada  y  que nos acompañe todo el tiempo la sonrisa de nuestros niños, verdaderos herederos del mundo que estamos construyendo hoy, vamos a tomar nota de las propuestas de nuestros políticos y evaluarlos con la rigidez de la “selectividad” para  constatar si pueden dedicarse a esto y les exigiremos  que empiecen por cumplir la ley, vamos a apoyar y empoderar a todas las mujeres, para que tomen de una vez el mando y gestionen las empresas y la economía, porque nosotros no lo hemos hecho bien hasta ahora y cuando estemos apurados vamos a recuperar nuestra espiritualidad  porqué  parece  ser el camino que nos acerca a la esencia de nuestra verdad, para poder ser libres y más felices.

 

Vacaciones-sin-liderazgo

Comienzan las vacaciones con una buena noticia laboral, ya solo tenemos un 20 por ciento de trabajadores en  paro, aunque nos tememos, que de nuevo la estadística, nos aleja de la realidad, porqué mientras la gente empieza a llenar las carreteras para meterse  en alguna playa abarrotadas o invadir cualquier pueblo que antes fue rural, la realidad es que este radicalismo de derechas o izquierdas sigue borrando la seguridad de la gente de a pie,pues nadie sabe si en los próximos años seguirá  trabajando o cobrando pensión, ni siquiera si su voto ha servido para que “sus” políticos ganen en sentido común, además de la pasta y las prebendas que en todo caso les seguimos pagando por no ser capaces ni siquiera de escucharse un poco.

Europa, el mundo, la sociedad, la religión, los principios y casi todo está en crisis,  aunque por suerte, los excesos de sol, de sangrías, de paellas y de juerga  no lo están, ni tampoco , los pokemons radiales, que arrastan a multitud de jóvenes ociosos en tantas ciudades y mientras medio mundo está en guerra, el otro trata de huir de ella, miles de niños buscan entre la basura algo para sobrevivir o mueren de hambre al tiempo que los demás, juegan con su Tablet, desde los 7 años.

El país sigue sin gobierno y en el imperio más poderoso de la tierra un hombre de carisma  facha le disputa el poder a una mujer que un dia fue cornuda de lujo, todo un espectáculo mediático, que evidencia sin duda la vulgaridad y la mediocridad de estos tiempos.

De economía mejor ni hablar, porque la digitalización y la tecnología sólo han dado alas a la especulación, los bancos locos por prestar dinero al consumo y en vez de apoyar proyectos emprendedores, alimentan una economía frágil, basada  en  inventar bienes y servicios, para venderlos a gente que no los necesita, aumentan los ricos al mismo ritmo que se empobrecen los humildes y los mensajes de concordia, solidaridad y entendimiento, siguen quedándose en simples promesas, mucha demagogia y poca verdad.

Y nosotros aquí esperando liderazgos imposibles, pues nadie quiere la responsabilidad, pero yo sigo en mi obstinación, manteniendo viva la esperanza de que cada vez manden más mujeres, pues sospecho que son más humanas, empáticas y conciliadoras y con esta premisa puede que no llegue el dia en que algún loco bajito, se le ocurra apretar el botón rojo y acabe con todo, o nos mate el aburrimiento, la verdad es que no estoy seguro de que todo lo que estamos buscando, justifique lo que nos estamos perdiendo.

Un-viaje-a-ninguna-parte

Para Viktor Frankl, autor de una de las obras más imprescindibles, parece imposible vivir la vida sin un sentido, para llenar este vacío existencial, con ésta pasión real o imaginaria, que nos levanta de la cama  con cierta ilusión, la historia de la evolución está llena de capítulos protagonizados por personas, que se asomaban al horizonte de la vida , a veces sin contenido pero con algún sueño persegible y lo intentaron y muchos hasta lo consiguieron.

Lo más paradógico es que hoy, en el siglo digital, somos tan vulnerables que tememos que los robots nos quiten nuestro trabajo, muchas personas, esperan encontrar empleo, pero a menudo, ni siquiera lo buscan, ofrecen como único bagaje cierta formación teórica, posiblemente universitaria  pero no tienen la esperanza de su empleabilidad. De nada han servido los precedentes de más de 30 años transcurridos, desde que formamos parte de la UE, porque siempre acabamos superando en 10 hasta 15 puntos  la media europea del paro, es como intentar llenar un botijo de medio litro de capacidad, con un litro de agua, sin que se derrame.

La cuestión es que no aprendemos ni siquiera de los errores, nadie parece haberse dado cuenta que hay que hacer una reforma integral del sistema educativo, o sea desde las guarderías hasta el doctorado o la investigación, los profesores deben ser tutores, el teletrabajo y la formación dual, deben priorizarse sobre la escuela, que debe ser un espacio para compartir, debatir, hacer deberes y comunicarse, nadie ha querido reconocer, porque no es presentable políticamente, que en el mundo de la empresa y en la escuela, hay que priorizar la meritocracia, mejor un buen profesional de oficio, feliz y  con autoestima, que un  universitario mediocre, frustado, infeliz e incapaz de aportar valor añadido a su trabajo.

Lo malo de todo ésto, es que además este país, está viejo, no sólo de ideas, sino de habitantes, pues por una parte, trabajan menos de 3 personas por cada jubilado y además las “pobres” aportaciones de cuotas a la SS, de jóvenes con menos de mil euros de salario, romperán la hucha  de los fondos y lo peor es que está desarrollándose una mentalidad de inserso también en esta juventud recién iniciada laboralmente, puesto que están sobreprotegidos, piensan demasiado en los subsidios, en prolongar la dependencia familiar y en trabajar las menos horas posibles, si a todo ello, sumamos las escasas vocaciones emprendedoras, el panorama se ensombrece notablemente.

Antes decíamos a los jóvenes con optimismo y también con nostalgia que“ el futuro es vuestro”, ahora nos preguntamos, en qué consistirá este futuro si las nuevas tecnologías viajan tan rápido  sin tiempo a ser digeridas; sabemos que muchos empleos desaparecerán y saldrán otros sin duda, pero algo debería cambiar en las próximas generaciones, para que puedan disfrutar con dignidad  de los más de 100 años que vivirán los que sobrevivan a este siglo; puesto que el mundo, desde la globalización se ha quedado pequeño, yo les aconsejaría que se atrevan a viajar por el interior de su conciencia y que razonen sobre otras ideas mejores que las nuestras, porqué obviamente y a la vista está el resultado de las generaciones que arrancamos a mediados del siglo pasado, les estamos dejando un mundo muy mediocre en valores, en solidaridad y sobretodo en ecología, consumiendo mucho más de lo que necesitamos a base de cargarnos el planeta , evidenciando que tanta tecnología no nos ha hecho mejores, ni más felices, quizás podamos ir más lejos, pero sin la certeza de que vayamos a alguna parte.