Una de las frases predilectas en los últimos años, en boca de escritores, articulistas, profesores y gente del management , ha sido “las personas primero” , ó nada más importante que las personas, incluso se ha rebautizado la dignísima y poco valorada profesión de recursos humanos, en directores de talento para gestionar el conocimiento, para ponerlo al servicio del cliente, hasta hoy nada me ha impedido dudar hasta ahora de este paradigma.
Sera por el verano ó la edad que es fiel aliada del excepticismo, o porque dudas de todo, cuando tratas de entender algo de lo que pasa, pero he reflexionado sobre una frase de un buen amigo, colega y veterano, “Mira Miquel, hay empresas, especialmente grandes , que funcionan “a pesar” de las personas” ,eso dicho con sobriedad y con este punto de relativización que se adquiere después de haber dirigido el supuesto “cambio y transformación” de personas, durante 40 años.
Vivimos en un mundo en que todo va rápido , en el que la decisión de compra depende mucho más de las circunstancias de necesidad, oportunidad, deseo, rapidez o codicia que del buen hacer del profesional de venta tradicional, hoy nadie te convence, porque ni pueden , ni quieren, cuando compras, te informas, preguntas, intuyes , miras precios y cada vez más por internet, o en mostradores anónimos, en los que el/la dependiente/a, ni sabe, ni contesta, valga recordar que la primera empresa mundial de la moda al detall, basa su valor diferencial, en la agilidad logística, el escaparatismo ó el diseño y entonces nos cuestionamos si la función es más decisiva que la persona.
¿Y si pedimos demasiado a las personas?,queremos que se integren en un proyecto, con un contrato temporal, para un tiempo incierto, dependemos del mercado, además les pedimos que se formen, que se comprometan, que sean polivalentes, que aporten ideas, valores, actitud y pretendemos fidelizarlos y que su proyecto de vida encaje con el de la empresa.
¿Y si la metodología fuera más importante que las personas?, entre las muchas cosas buenas de la crisis, es que te hace pensar y conociendo empresas, por mi trabajo de coach y profeso, veo diariamente que el “orden , el “sistema”, la buena organización, son más efectivos que el simple buen rollo, si existen ambos, entonces es sensacional.
Quizás deberíamos apartar un poco la filosofía y los conceptos bonitos, como implicación, afinidad, pasión, desarrollo del talento y dedicarnos a ser algo más pragmáticos y prácticos; a nadie se le olvida que esta crisis tiene que ver con el cambio de valores, la pérdida de autoridad, en la familia, la escuela y en la empresa, en los excesos de tolerancia, la falta de exigencia y esfuerzo que arrastramos, nos coloca a la cola de Europa, en paro y competitividad.
Creo que trabajar, nunca ha sido un lujo, hay gente que disfruta y le pagan bien por lo que hace, pero para la mayoría de mortales, trabajar significa, levantarse con despertador, aceptar un jefe del que normalmente aprendes poco y te sirve aún menos y pasar un tercio de la vida a cambio de un salario que te sirve para sobrevivir, eso los que tienen trabajo, por ello, quizás las empresa deban preocuparse de organizar mejor su producción para competir y ser rentables y dar trabajo a más gente y los trabajadores dedicarse principalmente a trabajar para conservar el sitio de trabajo y aceptar al jefe mediocre como aceptamos las colas del metro, el mal servicio, o esos políticos de pacotilla, porqué a lo mejor, simplemente haciendo bien lo que sabemos ya contribuímos al sostenimiento del sistema.