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Liberales y generosos

Mucha gente con muy buena fe que  cree vivir en un país libre y democrático amparado por una constitución que se supone prescribe los derechos y  obligaciones de los ciudadanos  y que su voto elige gobernantes y parlamentarios que velarán con los medios necesarios para desarrollar su existencia y protegerlo de las contingencias que puedan suceder, pero tristemente y a la vista de los hechos esta presunción no pasa la prueba de los buenos deseos y si algo ha quedado muy claro en estos últimos seis meses virícos , es la falta de seguridad ,evidenciando que se gobierna  sobre  la marcha, sin proyecto, sin ideas y con la única ilusión del dia siguiente, poniendo de manifiesto la retórica que ya conocemos los que hemos superado medio siglo  trabajando “sólo conocemos a los auténticos amigos y/o también a los líderes, cuando las cosas van mal”, confirmando que estamos en manos de mediocres y que las  empresas grandes- que no es lo mismo que grandes empresas -para ser ·grande” hay que tener valores- sólo están comprometidas con el gran capital y aquello que tiene que ver con la justicia social, interesa poco, obviando que es mejor educar que subvencionar.

Si fuéramos más inteligentes o más valientes. aprovecharíamos lo que está pasando y lo que vemos y sufrimos para plantarnos e incluso declararnos en una huelga de desobediencia a todo nivel, aunque al final acabamos manteniendo un sistema en el que no creemos y votando a gente de la que desconfiamos , llevamos los niños a escuelas para que sigan un programa educativo que no sirve para el futuro y promocionamos una nueva generación de jóvenes que deberían ser los “proveedores” de nuestras pensiones pero ocuparán puestos de trabajo para los que no están preparados en su mayoría, incluso muchos liderarán proyectos  fungibles esperando seguir con una  rutinario en el que no creen.

En realdad estamos pagando el precio de haber formado al menos dos generaciones de jóvenes que no percibieron los valores de sus padres ,porque éstos los habían perdido mucho antes, han vivido  en una sociedad contaminada , corrupta y consumista heredera de la digitalización, que ha cambiado estructuras por redes globales, limitados en su preparación emocional y competencial , son incapaces de tomar decisiones, confiados en su capacidad para improvisar y  vivir en la incerteza  de caminar hacia la nada , se están produciendo los efectos que padecemos debidos a la falta de previsión.

Las malas o deficientes decisiones sólo son la consecuencia lógica de todo lo que no hemos hecho correctamente, por tanto somos vulnerables porque no tuvimos la previsión de protegernos, no funcionamos en grupo, porque no tenemos la empatía para trabajar en equipo, estamos solos, porque priorizamos el egoísmo, el hedonismo y el reconocimiento en la red y seguimos en la misma ciénaga que hemos creado  por nuestra dejadez.

No tengo ninguna duda de que vamos a superar esta crisis, porque formamos parte de la humanidad resilente, capaz de sobreponerse a su propio caos y tenemos la fortuna de contar entre nosotros, con  muchas personas que  creen en las utopías, y que se creen capaces de cambiar el mundo, son pocas y de mentalidad liberal, que equivale en latín a ser libres y generosos, capaces de comprender la conexión con los demás y saben actuar buscando el bien común o  como diríamos los cristianos, serán capaces de sobreponer los valores como el amor , la compasión o la caridad superando el interés personal por el bien de la comunidad, como el mundo es sistémico, al final todo está conectado, por ello  mientras haya gente que crea en la verdad, ésta prevalecerá siempre.

Asumiendo nuestra vulnerabilidad

Si se trataba de aprender , la verdad es que hemos descubierto cosas interesantes en estos meses, de entrada nos descubrimos más  vulnerables de lo que creíamos, ya que  llevamos  decenios protegiéndonos de ella, pues no queremos sentirnos así de frágiles e incluso llegamos a ocultar todo aquello que nos hace humanos, sensibles y personas, como las emociones, preferimos vernos más fuertes de lo que somos, herederos de este legado secular, que ligaba el éxito a la fuerza y el poder y nos habíamos olvidado que en la actualidad, seres mínimos a menudo simples pero con más años que escrúpulos, son los modernos alquimistas capaces de convertir en “oro” trozos de papel, ya sean en forma de moneda, valores ,acciones o bonos y acaban manejando el teatro del mundo y decidir el destino de todos.

Lo sabíamos pero no nos habíamos enterado que éramos tan vulnerables,  otro tema es que de una u otra forma dependemos de internet , esta nube universal que lejos de mejorar la diversidad cultural y la  comunicación con nuestros semejantes, acaba devorando  nuestra intimidad, nos acosa más allá de nuestro propio espacio, nos  invade con información prescindible o incluso falsa, añade nuevos delitos al código penal hipotecando nuestra vida con efectos tan nocivos como cualquier pandemia, aunque fatalmente incurable porque es tremendamente adictiva y no hay vacuna, actúa apoderándose nuestros jóvenes, con el señuelo de mostrarles un mundo de fantasía enlatada, que limita su capacidad de crear sus propios sueños, seguro que exagero un poco, pero como diría mi admirado maestro Bauman, si perdemos el control del terreno de juego, o sea el espacio internet, al final acabaremos siendo víctimas y esclavos sin capacidad de decisión, a no ser que cada uno tome el mando.

También el descubrimiento del trabajo a distancia ha significado una posibilidad nueva y  eficiente, aliviando desplazamientos, costes estructurales, mejorando la autogestión y elección de horarios, etc. pero sin perder de vista que incluso antes de la época digital, el tele-trabajo  o la formación a distancia que rebautizamos como e.learning deben responder a una finalidad práctica y concreta ó también inevitable como ha sido el caso del Covid19, que ha mostrado un escenario en el que ni centros, ni profesores ni alumnos estaban preparados, seguro que han hecho lo posible, pero más vale que el mundo educativo se ponga las pilas para crear una didáctica armonizada a un futuro digital, porqué el reto consiste en decidir el futuro de la humanidad, ya que hemos adquirido y compartido el hábito de la “Tablet”, ahora sólo faltará educarlo.

Mi experiencia en esta campo  tiene que ver con la formación, ya que como docente en mi Universidad, me  tocó adaptar virtualmente  uno de mis cursos dedicados a las técnicas de búsqueda de empleo y también fui invitado a varias conferencias por el país tratando de aportar ideas y herramientas a tele-trabajadores para mejorar su forma de trabajar, prevenir los riesgos laborales, incluido el estrés o la ansiedad y conciliar una relación laboral con la legislación, el resultado de mi experiencia personal es que todo es útil si existe formación, método e implicación mutua, porqué el control de gestión es básico, con compromiso y responsabilidad y funciona para determinadas funciones y tareas, en muchos casos complementando el trabajo presencial y claro está en situaciones de crisis como las que vivimos, pero no siempre, sustituye el trabajo presencial. Mi visión sobre las corporaciones está ligada, a creencias compartidas, a valores, al sentido de pertenencia, a la comunicación verbal y no verbal y a la alteridad , si estamos solos, ni aprendemos ,ni crecemos, pues la mirada del “otro” es  el estímulo y la motivación, para los que tenemos hijos, recordemos cómo se esforzaban en mostrarnos su progreso esperando nuestra mirada, ya que sin reconocimiento somos huérfanos permanentes.

 

Cuando liderar es convencer

Se dice en Africa que “cuando llega la oscuridad, comienza la vida “ la metáfora  tiene que ver con  la supervivencia de la mayoría de animales  de la sabana, que cazan y comen de noche para sobrevivir, aquí hemos aprendido que cuando se apaga la luz de la superabundancia,  un nanovirus infeccioso, ha sido capaz de parar el mundo del siglo XXI, el del neoliberalismo individual, de la globalización sin límites, la digitalización, el 5G, los drones y la robótica  este mundo en el que el 50 % de la riqueza está en manos de un 1 % de la población, éste que gasta cien veces más de lo que necesita y deja morir  de hambre a 8.500 niños al día (informe de la OMS), con potencias que abandonan la Cumbre de cambio climático  porque sus líderes no son capaces de encontrar soluciones innovadoras para permitir la desvinculación del crecimiento económico con el consumo de recursos.

Quizás  pasaremos a la historia como aquella generación que lo tuvo todo para ser feliz ,pero por codicia, por mercadear con todo, acabó cargándose el planeta y ni siquiera le bastó  contar con más de 80.000 sustancias químicas (www.novate.ru), para combatir esta pandemia, porqué en realidad, no estábamos prevenidos  y no pudimos impedir que  mueran diariamente  miles de personas por el  Covid19. Pero, más allá de las pérdidas humanas y la enorme crisis económica de la que nos recuperaremos, me preocupa la gestión humana de esta crisis y como a la mayoría de los profesionales que durante decenios hemos tomado decisiones sobre equipos, en las empresas, sólo sabemos lo buena que es “nuestra gente” en situaciones difíciles y ahora descubrimos lo mejor y lo peor de nuestra sociedad.

Más allá de la parte amable de las personas y de muchas grandes empresas facilitando teletrabajo y compensaciones para aliviar las diferencias de productividad  y otros ejemplos de civismo, también vemos actitudes incívicas como las “huidas” de campo y playa, desobedecer las normas, acaparamientos y  actuaciones miserables como intentar expulsar de la comunidad a trabajadores sanitarios o de alimentación por el potencial peligro de “cumplir con su trabajo”, por suerte son casos aislados, lo realmente preocupante es la forma en que se lidera en una crisis, obviamente por parte de los gobernantes y sus opositores, evidenciando que no están mínimamente preparados para liderar nada por una sencilla razón, porque no lo aprendieron, porque no saben y además ni siquiera saben que no saben; porque la gente espera soluciones de su líder, porqué faltan profesionales, acostumbrados a lidiar en un mercado competitivo, que sepan innovar, y reinventarse para seguir allí, pero para eso harían falta políticos de nivel , que sepan estar a la altura, con más humildad que soberbia, que entiendan que es mejor la cooperación que la competencia, que eviten vergonzosas escándalos como la gestión de EPI y que entiendan que lo importante ante una crisis es resolverla  sin importar de quien es el mérito, pues la felicidad  no depende del triunfo individual sino de la idea colectiva buscando el bien común.

Como siempre ,nos salvará la campana de la improvisación, el ingenio y el instinto, cualidades en las que vamos sobrados , pero ahí va un aviso para navegantes, liderar significa inspirar confianza, y creer en la gente y para ello, hay que quererla, por tanto ser capaz de unir y no me refiero a envolverse en una bandera, sino a comunicarse, negociar y conciliar, con sentido común, algo que en este país es tan escaso sin olvidar que la complicidad, la implicación y los objetivos se convierten en comunes cuando el pueblo confía en sus líderes y nunca por la via de  los decretos, recuerden que durante años se ha recortado lo que ahora salva vidas, no se dirige a base de decretos, como decía Unamuno en otro contexto, se trata de saber convencer.

Estamos a prueba.

Pues sí, lo cierto es que  nunca conocemos del todo nuestros límites hasta que alguien nos pone a prueba y hoy escribo estas líneas emulando, como no, a un  personaje de Alexandre Dumas este fabricante de mis sueños de juventud y seguro que la de muchos, cuando nos contó la historia de este hombre injustamente encarcelado durante siete años  y que se convertiría en el Conde de Montecristo, pues bien,  salvando las distancias y confiando en que  este cautiverio vírico  no sea tan largo, trato de aprovechar que el mundo se ha frenado para ocuparme de recuperar alguno de aquellos buenos hábitos como el de pensar, analizar y hasta me atrevo a sacar mis propias conclusiones.

La primera evidencia  es que nunca hemos creído que podríamos ser tan vulnerables como lo somos en este momento  y la primera razón que se me ocurre es que resulta muy difícil empatizar con la gente privada de libertad  cuando conservamos la propia, pues la reclusión  y la renuncia a la comunicación social puede parecer interesante siempre y cuando se trate de  algo deseado, pero nos resistimos a la imposición porque somos hijos de una cultura rebelde, incluso anárquica que nos ha funcionado hasta ahora, porque en general y por historia somos un país opuesto a la racionalidad y al método, de nuestros vecinos del norte y cualquier tipo de orden y mandato se nos hace extraño y hostil.

Por otra parte, pienso que no debemos preocuparnos más de lo necesario ya que la recuperación económica se producirá  incluso antes de lo previsto, porqué las finanzas sostienen el mundo del que formamos parte  y los dueños de todo necesitan del servilismo de los consumidores que somos los demás y si no hay dinero se inventará para que no pare la actividad humana y el consumo, pero quedarán secuelas  y además esta crisis ha desnudado las graves carencias de nuestra sociedad  y sobretodo las más evidentes que siempre tienen que ver con  la educación cívica  pues más allá del  “Resistiré”-que está muy ben- de los mensajes de todos los colores que circulan desde los tonos más divertidos  a aquellos más  humanos y emotivos ,se han manifestado como no podía ser de otra manera , los problemas que derivan de un liderazgo  ambiguo, también de una sociedad dividida  incapaz de empatizar y mucho menos de respetar, por eso  el gobierno ha tenido que recurrir a medidas policiales y a la amenaza de sanciones pecuniarias para conseguir un propósito que debería obtenerse simplemente por simple sentido común y de convivencia.

Está muy bien todo  este avance tecnológico, la digitalización y esta globalización que precisamente  ha contribuido a la difusión universal del “bicho”, a lo mejor estas cosas que están pasando consiguen ponernos en nuestro lugar  y nos hacen reflexionar , porque lo malo es que la amenaza de algo tan diminuto  nos retiene en nuestras casas y  afloran nuestras debilidades como seres humanos, incapaces de respetar normas, víctimas de obsesiones, las que en su día  lo fueron por la “masteritis “lo son ahora por la acumulación de “papel higiénico” sin término medio, no obstante, ponen a prueba nuestra calidad como ciudadanos; pues esta  gente indisciplinada que se salta el “toque de queda” es la misma que en la empresa va a su bola ,descuida la Prevención de Riesgos y no quiere comunicarse ni compartir ideas que mejoren la eficiencia del equipo con sus compañeros de trabajo , porqué jamás entendió que el proyecto de cualquier comunidad, de una corporación, de la familia con quien vive y el suyo propio, son lo mismo y todos contribuimos en la construcción de una sociedad más justa y con más sentido, por ello y una vez más, la vida  y los hechos excepcionales siempre nos ponen a prueba por una simple razón, para que aprendamos.

 

Esto no es Marvel

Pues claro que no , que os pensabais?,  esta crisis nos ha desnudado a todos y ha puesto en evidencia nuestras vergüenzas, ya que mucha gente se creía que pueden contaminarse los rios, envenenar el aire, acabar con miles de especies de animales,  cargarnos la naturaleza y aquí no pasa nada , o ¿es que esperamos que vengan los “americanos” a salvarnos? , pobrecitos, bastante problema tienen con lo suyo, parecía que estábamos en un mundo global, pero tampoco existen unas directrices globales y al final me da la impresión que estamos en medio de ninguna parte porque casi nada de lo que ha pasado desde el mes de febrero hasta hoy tiene demasiado sentido, excepto un tema muy claro y es que tenemos lideres más que mediocres .

Hemos construido unas sociedad que no es otra cosa que un gran “mercado” , los listos le llaman el sistema neoliberal, pero el motor no ha sido otro que el enriquecimiento individual  y la generación de consumo  de bienes y servicios ,que pretenden vendernos kilos de felicidad a bajo precio, pero mientras tanto, estamos construyendo generaciones  que parecen incapaces de comprender, sin compasión , sin generosidad y que casi no saben amar, vacíos de principios y de empatía,  hijos de padres que abandonaron aquellos valores que en su día heredaron  y que proclamaban  el gusto de aprender, el esfuerzo como requisito para cumplir  el sueño de realización personal y la cultura y la comunicación como base para tener un criterio y ser menos vulnerables a los mensajes etiquetados de la mediática , hemos cambiado la tablet por el placer de mírarnos a los ojos y hablar y los “emojis” son las caricias que nos perdemos sin darnos cuenta , se vive de prisa para evitar pensar y los que ahora aplauden a sanitarios y cajeros un dia consintieron -regalando el voto- que se recortara en aquellos servicios que hoy nos salvan la vida.

Seguro que nunca sabremos la verdad oculta de lo que rodea este virus, ni las luchas del poder, ni la desmesurada competencia entre las potencias que mueven este circo, pero por lo menos  en esta crisis deberíamos tener la oportunidad de descubrir que vivimos en un mundo de farsantes codiciosos y avaros, que los personajes de marvelandia, son mentira, que nadie va a rescatarnos, que tenemos la obligación de aprender y de reinventarnos aunque es muy posible que no podamos vencer ni cambiar este modelo de sociedad, pero por dignidad deberíamos afirmar que por mucho que quieran manipularnos, no debemos dejarles que nos roben al menos la libertad de proclamar a voces  nuestra verdad  porque si estamos juntos, siempre llegaremos más lejos.

 

Si no fuera por el virus.

Ya sabéis que cuando van mal las cosas………. nos conocemos mejor y siempre la vida te da la oportunidad de demostrarlo  y ahí estamos , coincidiendo con el “dia de la mujer trabajadora” -con la falta que nos hacen- nos asalta la peor crisis  que conocemos en las ultimas cuatro generaciones  y no tanto por el número de fallecidos -serán los que sean- sino porque han saltado todas las alarmas en   aquellos temas de los que se ha presumido durante décadas: sanidad, infraestructuras, solidaridad  y la mejor de todas, civismo.

Claro que ésto pasará  y ojalá sea pronto y con pocas secuelas, pero ahí quedan muchas lecciones para aprender y que describiré sin ánimo retórico ,ni crítico, pero con realismo para dar sentido a esta columna . Vayamos por partes, claro que podemos presumir de Sanidad y especialmente de los buenos profesionales que tenemos, pero nos hemos quedado cortos de material, de camas y probablemente de previsión, el espectáculo de la falta de “mascarillas”  de EPIS  y de  plazas en intensivos, sigue siendo en este momento clamoroso, lo de habilitar hoteles y salas de atención debe ser normal una situación como ésta, pero está demostrado que anticiparse en el diagnóstico es básico y parece que  nadie se enteró de lo que sucedía en China, Corea o Italia.

Lo de las Estructuras, bueno, ¿es que sólo cuenta el AVE?  no hemos gastado millonadas en la alta velocidad y seguimos teniendo lineas de cercanias de segunda como en mi pueblo (Manresa-Lleida) igual que en los años 60 , ¿hablamos del eje mediterráneo? hospitales, logística sanitaria, unidad de mensajes, protocolo de actuaciones de emergencia en pequeños pueblo, etc. todo eso queda en el aire y ¿la Solidaridad? ésta es otra , sólo hace falta recordar los miles de coches que se fueron de fin de semana a contaminar media España, con lo fácil que resulta unir a la gente contra una comunidad porque piense distinto o  que salga una política de la capital a intentar robarle a la otra ciudad grande(de provincias, claro)un Congreso TIC, en plena crisis vírica, aunque se haga en el mismo estado, parece que la bandera solo sirva para abrazarla cuando la “roja” juega contra un rival forastero, que difícil nos resulta pensar en “los demás” o simplemente obedecer una norma de interés nacional y  lo del Civismo, pues  que el dichoso virus, ha evidenciado toda la falta de empatia, el egoismo  y la brutalidad  que todos llevamos en nuestra genética  hecha del mestizaje ibero, romano, fenicio, árabe, judio, celta y lo que sea , sobretodo cuando se trata de llegar antes al mostrador del “papel higiénico” o quedarse en casa.

Pero no perdamos la esperanza, ni el ánimo, ni esta sonrisa que no nos falta y con la alegría que nos va a permitir vencer esta crisis del COVID 19 y a pesar de que no nos sirva aquello del “unidos venceremos” que arenga el Presidente-menudo marrón le ha caído-, pero, os aseguro que sino fuera por el virus, demostramos ser tan “espectacularmente cojonudos” uno por uno , que  vamos a vencer y seguir adelante.  Cúidate mucho y suerte: