Sobresaliente para el consumo, desde cualquier forma posible , llevamos años explicando que el auténtico poder del siglo XXI, es sin duda el económico-como casi siempre-pero gracias a la tecnologia, las redes ,internet y en especial la vulnerabilidad del comprador, poco preparado, desconocedor de sí mismo y manipulado por un marketing voraz y perverso empeñado en vaciar su bolsillo, vendiéndole todo lo que no necesita para nada, está provocando la aparición de un tipo de cliente maniqueista y condenado al albedrío de las marcas y la volatilidad de las modas.
Y está guerra comercial, convive con las otras que el mundo tiene abiertas , como la guerra religiosa que no tiene nada de simbolismo ni de ficción, la guerra de la naturaleza, que está reaccionando ante tanto desmadre de polución , la extinción de selvas, el esquilmaje de los mares y por último la peor, la guerra de los valores , que llevamos perdida hace tiempo, especialmente en este pais.
La verdad es que antes teníamos amigos de verdad, con los que hablábamos y dicutíamos cara a cara, en vez de los otros de redes sociales, las familias acostumbrábamos a tener al menos una comida al dia todos juntos, en la que charlábamos y nos contábamos las cosas porque no teníamos un smartphone al lado para evitar hablar con nuestra gente.
A muchas personas les gustaba leer periódicos, libros y hasta nos atrevíamos a contar historias, en vez de espiar la vida de advenedizos de nombres cautivos que no ofrecen mayor interés que la familiaridad con alguien más o menos conocido y que se mete en nuestras casa a través de un TV-escaparate con el único objetivo de distraernos.
Ya quedan pocos de estos deportistas que luchan y se esfuerzan por puro placer, vocación ó dignidad y que pretenden demostrar sus capacidades y competencias más allá de los incentivos económicos .
La educación parecía bien estructurada, se premiaba el mérito por encima de la oportunidad o de los cupos, se pretendía una selectividad natural para acceder a los estudios universitarios que exigían una preparación y una actitud que al menos justificara el gran coste que representa para el contribuyente pagar la mayor parte de una carrera y se respetaba el oficio, el aprendizaje y la experiencia era la base para obtener una titulación y una maestría.
No se trata de reinvicar un antes o un después, simplemente porque son tiempos distintos, frutos de una evolución sin duda positiva, dicen por ahí, que esta generación Z es la “mejor preparada” y yo añado para qué y en qué, o ¿es que les enseñamos a resistir la frustación, a ser sensibles con los demás y con el entorno, a respetar, a comunicarse mirando a los ojos? si hasta quieren eliminar de los curriculums de formación, la filosofía, que por lo menos enseñaba mínimamente a pensar; en fin, parece que con tanta tecnología nos hemos olvidado de “ser” humanos y ser personas , que es algo más que aspirar simplemente a ser electores.